15 de abril de 2011

Intimidad de la creación: Talleres de artistas plásticos del Perú

Libro creado y editado por Ana María Echeverría Lübbert. Asupiciado por Scotiabank, 2010. El libro es una recopilación de fotografías tomadas por Ana María Echeverría Lübbert, en los talleres de 20 artistas peruanos: Fernando De Szyszlo, Ramiro Llona, Bill Caro, Maricruz Arribas, Venacio Shinki, José Tola, Carlos Revilla, Victor Delfín, Carlos Runcie, Margarita Checa, Ricardo Wiesse, Gerardo Chávez, Álvaro Roca Rey, Elda di Malio, Fernando Taboada, Jorge Cabieses, Luz Letts, Eduardo Tokeshi, Anamaria McCarthy y Marcelo Wong.









Presentación del libro: Intimidad de la creación


La presentación del libro Intimidad de la Creación: Talleres de artístas plásticos del Perú, de Ana María Echeverría Lübbert, se realizó en el Country Club de Lima en el mes de diciembre del 2010.


Un grupo de los artistas junto a Ana María Echeverría Lübbert.


Anamaria McCarthy, Fernando Taboada y Elda di Malio.


Los artistas intercambiando firmas.


Ana María Echeverría, Gerardo Chávez, Anamaria McCarthy y una representante de Scotiabank.

12 de abril de 2011

75 opiniones sobre el aborto


75 opiniones sobre el aborto fue editado por Teresina Muñoz-Nájar en colaboración con el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos PROMSEX. Febrero 2011.


El aborto – una decisión difícil… pero propia.

En 1975, viví un tiempo en casa de mi tía Adela Angosto de Muñoz, prima hermana de mi mamá. Adela era toda una institución en esa época y no lo digo por gusto. Ella dedicó su tiempo, energía y toda su vida a la causa de la mujer: defendiendo a las maltratadas, las abandonadas y las madres solteras formando un grupo de apoyo y defensa con abogadas, diversas profesionales y voluntarias comprometidas. Adela era la presidenta y fundadora del Movimiento Derechos de la Mujer, una prestigiosa institución manejada desde su propia casa y muchas veces desde su cama, cuando sufría los estragos de una artritis deformante aguda que le impedía, por etapas, caminar y hasta escribir. En varias oportunidades acompañé a Adela en sus visitas organizadas a los pueblos jóvenes para dar charlas educativas sobre el control de natalidad. Fue me primer contacto con la terrible realidad de los embarazos adolescentes de futuras madres precoces, apenas llegando a la edad de la menstruación. La pasividad del gobierno, que no ha cambiado mayormente en más de 30 años, mantiene el nivel de ignorancia en cuanto el abuso y violencia sexual que forma parte de este incomprensible situación.

En una oportunidad, Adela me contó del impacto de su experiencia cuando era voluntaria en la Cruz Roja Peruana. Pudo presenciar en el hospital la llegada de Lina Medina, la madre más joven de la historia de la medicina. A los 5 años 7 meses y 21 días de edad se convirtió en madre. Es sólo un ejemplo extremo de un embarazo no deseado. Pero sigamos con la historia.

En 1990, hice un trabajo para La Liga Peruana Contra el

Cáncer a pedido de Isabel Ferreyros de Miró Quesada, fotografiando sus unidades móviles ubicadas en los conos norte y sur de la ciudad de Lima. Fue asombroso ver en las colas de mujeres el número elevado de niñas colegiales esperando ser atendidas. Ante mi confusión me informaron que todas las mujeres sexualmente activas tenían que someterse al chequeo médico. Todas las niñas presentes habían sido victimas de violaciones y , por lo tanto, candidatas para la detección de cáncer del útero. Me encontré cara a cara con las consecuencias demasiado frecuentes de los abusos a las menores.

Al leer las preguntas que me proponen sobre el embarazo no deseado y si alguna vez me he encontrado en una situación similar la respuesta es sí, pero no en carne propia. Lo que he visto y los testimonios que he escuchado me han enfrentado con este problema donde la mujer termina pagando todos los costos sociales, económicos, morales y físicos que una sociedad injusta pero consciente permite se perpetúe. Son muchos los rostros que el Estado no quiere ver. Mujeres y niñas desesperadas sin saber qué hacer llevando en sus entrañas hijos de sus novios ingenuos, esposos abusivos, tíos, padrastros o la semilla impuesta por un ataque sexual.

El sueño de muchas mujeres es tener hijos, formar una familia con su pareja y criarlos en un lugar digno. La información sobre el control de natalidad, en todas sus formas, debería estar al alcance de la pareja como opción para una planificación familiar responsable. Pienso que la educación sexual dentro de la familia y en los colegios es fundamental para bajar el porcentaje de abortos anuales. Pero si creo en el aborto como última opción, la más dolorosa emocionalmente para la mujer. El aborto no es una meta sino, a veces, la única salida de un problema vital y existencial. Pienso que individualmente una mujer debe tener el derecho y la capacidad de decidir sobre el destino de su vida y el uso de su cuerpo. Imponer una pena de cárcel a una mujer que ha tenido un aborto es castigar a la victima en vez del responsable. Son cortinas de humo que utiliza tanto la iglesia católica como los políticos para defender un orden moral sin contenido humano idealizando (por no decir ignorando) la realidad social y humana para privilegiar un puritanismo inadmisible en el siglo XXI.

El pueblo peruano –especialmente el sector más pobre- tiene mucho que decir y que opinar sobre el aborto. Deberíamos darles a todos la oportunidad de hacerlo libremente sin juzgarlos porque es evidente que con amenazas, violencia, cárcel y todos los instrumentos del miedo no vamos a permitirle a la mujer ejercer su derecho a estar informada, a elegir y, en suma, a ser atendida por el Estado en su salud para su propio bienestar y el de su familia.

Anamaría McCarthy

Lima, 2010